Cuando se planifica una boda se tiene que tener en cuenta la economía de la pareja ya que es un dilema saber a quien se invita. Por un lado, está la familia que es irremplazable, los amigos, y los compromisos laborales. Al final te encuentras con un enorme listado que no puedes manejar y los costes suben lo que hace que te duela la cabeza.
Pero no sólo el dinero incide en que la organización se vuelva una pesadilla. Juntar en un mismo espacio a personas mayores, con niños y adultos jóvenes hace que se tengan en cuenta muchos aspectos a la hora de planificar una boda, como los horarios, la bebida y el tipo de comida.
Una buena solución es que hagas dos fiestas distintas. En la primera invita a tus familiares directos y más cercanos e incluye también a las personas de más edad. En esta fiesta es recomendable que se incluya la ceremonia y un banquete clásico donde prime la tranquilidad y no suponga que los invitados tengan que ir a varios lugares.
Para los amigos y compañeros de trabajo puedes hacer una boda divertida , por ejemplo, una fiesta ibicenca, o algo en plan informal. Una fiesta temática en un campo o pasar un fin de semana en la playa es una buena opción para disfrutar de un día de boda inolvidable donde prime la alegría de la juventud.
Lo mejor es que pienses en algo original y donde no se te vaya mucho dinero. Otra idea es organizar un catering de unas horas y luego hacer una barra libre de bebidas donde pongan música y todo el mundo se ponga a bailar.
Pero lo que realmente importa es que en este día se la pasen bien y disfruten a tope. Una boda no tiene que llevarse a cabo con mucho dinero, lo mejor es que todos disfruten de un día que debe ser maravilloso para los novios.
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