Lo primero es concertar la degustación de varios platos para elegir el que más guste y así hacer el menú de boda. La prueba suele ser gratuita, pero lo mejor es preguntarlo con antelación. Ya cuando llegue el día, se puede llevar una libreta para apuntar las impresiones de cada plato.
La prueba debe hacerse a la misma hora en la que estarán los invitados de la boda, si el enlace es de día, lo mejor es hacer la prueba de día, si es de noche hacer la prueba a la hora de la cena. Así se podrá comprobar de primera mano cómo sientan los platos y si las cantidades son aptas.
El menú debe incluir platos variados, por ejemplo, que no sea sólo carne, se puede incluir, verduras, pescado, carnes. En el menú también suelen ir los padres o algún familiar cercano, así las opiniones son más cercanas, y será más fácil para los novios la elección de los platos.
No hay que fijarse sólo en la comida, también en el servicio y la atención de los camareros. También es muy importante que nadie se quede con hambre pero que se pueda llegar al postre. Se debe tener presente que hay invitados vegetarianos, alérgicos y niños, por lo que es importante tomar nota y consultarlo con el restaurante.
Imagen: casamentscalblay
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